La pizarra es un instrumento de enseñanza que ha acompañado a generaciones de estudiantes y profesores. Pero ¿sabes cuál es su origen y cómo ha sido su evolución? En este artículo te contamos la historia de la pizarra, desde sus versiones tradicionales hasta las más modernas y tecnológicas.
La pizarra tradicional
La historia de la pizarra se remonta a la antigüedad. Se dice que los estudiantes de la antigua Babilonia usaban tablillas de arcilla para escribir o dibujar. Estas tablillas eran pequeñas e individuales, y se borraban con un paño húmedo. Sin embargo, fue en el siglo XIX cuando se inventó la pizarra tal como la conocemos hoy en día, gracias a un profesor escocés llamado James Pillans.
En 1801 Pillans, que enseñaba geografía en el Old High School en Edimburgo, se le ocurrió la idea de colgar una de las tablillas de sus estudiantes en la pared para que todos pudieran ver mejor los mapas. Así nació la pizarra de pared, que fue ampliamente aceptada por los alumnos y profesores. Su uso se extendió por las escuelas de todo el mundo rápidamente, debido a que permitió transmitir los conocimientos de una forma más visual y dinámica. La pizarra de pared era de color negro y estaba enmarcada con un borde de madera, para escribir se utilizaban tizas de cal o yeso.
Estas pizarras se mantuvieron durante mucho tiempo como el principal recurso didáctico en las aulas, hasta que en la década de 1960 se introdujo la versión “moderna”, que era de color verde. Estas eran más livianas y duraderas que sus predecesoras, y su color resultaba más agradable a la vista que el negro; estaban formadas por una placa de acero recubierta con esmalte a base de porcelana.
La llegada de la pizarra blanca
Se dice que a mediados de la década de 1950, el fotógrafo coreano Martin Heit había marcado sin querer uno de los negativos con los que estaba trabajando con un marcador permanente y se sorprendió cuando pudo remover la tinta muy fácilmente con un papel húmedo. Esto le dio la idea de lo que ahora se conocería como la pizarra blanca.
Heit produjo un prototipo de pizarra blanca hecho con laminados similares a los que se encuentran en fotografías y películas, que permitía borrar la escritura. Se suponía que presentaría su nuevo invento en una feria comercial, pero esas esperanzas se desvanecieron cuando el prototipo se incendió inesperadamente. En lugar de empezar de nuevo, Martin vendió su idea y diseño a la empresa Dri-Mark, que la introdujo en el mundo educativo y que hoy en día fabrica a nivel mundial marcadores permanentes, marcadores de borrado en seco, resaltadores, entre otros.
La pizarra blanca tuvo una mala acogida al principio por su alto costo, pero ganó popularidad en los años 90 cuando creció la preocupación sobre las alergias y otros riesgos respiratorios potenciales para la salud que ocasiona el polvo de tiza en profesores y estudiantes.
En la actualidad existen pizarras blancas que tienen una base de madera o materiales orgánicos, otras tienen una base metálica cubierta con esmalte o porcelana.
Las pizarras Interactivas
Con el avance de la tecnología, la pizarra ha ido evolucionando hacia otros formatos más modernos y sofisticados. En 1986 David Martín, cofundador de la empresa Smart, tuvo la idea de una pizarra que permitiera controlar el ordenador desde su superficie. Cinco años más tarde, en 1991, se creó la primera pizarra digital interactiva Smart Board, que consistía en un ordenador conectado a un proyector (video beam) y una superficie sensible al tacto. Desde entonces, estas pizarras han ido mejorando sus funcionalidades, y se han desarrollado diferentes tipos y tecnologías, como la electromagnética, la infrarroja, la resistiva, la óptica, entre otras.
Las pizarras interactivas supusieron una revolución en el aula, ya que ofrecen múltiples ventajas para el proceso de enseñanza-aprendizaje: permiten interactuar con el contenido proyectado utilizando un lápiz óptico o el dedo, hacer anotaciones manuscritas sobre cualquier contenido, trabajar con imágenes, vídeos, sonidos y otros recursos multimedia, guardar, imprimir o enviar los contenidos generados. Además, ofrecen más posibilidades de interacción, creatividad y dinamismo en el aula.
Las Pantallas Digitales
Otro tipo de tecnología es la pantalla digital, que es un monitor de gran tamaño que se conecta a un ordenador, pero que no necesita de un proyector ni de una superficie donde proyectar. La pantalla digital tiene una resolución más alta que la pizarra interactiva, lo que permite una mejor calidad de imagen y una mayor nitidez. Si la pantalla digital cuenta con un sistema táctil, puede ofrecer los mismos beneficios que las pizarras, pero su precio tiende a ser más elevado.
El futuro de las pizarras
Las pizarras siguen evolucionando, en el mercado hay más modelos y funcionalidades disponibles. Algunas tendencias son:
- El uso de pizarras portátiles o inalámbricas, que se pueden conectar a cualquier ordenador o dispositivo móvil y que facilitan la movilidad y la flexibilidad en el aula.
- El uso de pizarras con reconocimiento de voz o de gestos, que permiten controlar la pizarra sin necesidad de usar el lápiz o el dedo.
- El uso de pizarras con realidad aumentada o virtual, que crean entornos inmersivos y simulados para el aprendizaje.
- El uso de pizarras con inteligencia artificial, que se adaptan al perfil y al progreso de cada estudiante y que ofrecen retroalimentación personalizada.
En definitiva, la evolución de la pizarra refleja el cambio y la transformación digital que hemos vivimos en la sociedad, pero a pesar del paso de los años, nunca ha perdido su esencia, que es ser una herramienta fundamental para el proceso de enseñanza-aprendizaje, que nos ayuda a comunicarnos, a expresarnos y a aprender.